Síntomas de mal funcionamiento de los riñones

Cerca de 8% de la población adulta mexicana padece de algún grado de enfermedad renal crónica, es decir 10 millones de personas. 60% de los padecimientos de este órgano son generados por la diabetes y la hipertensión arterial.

Los riñones son los órganos principales del sistema urinario, pero además de encargarse de la excreción de sustancias de desecho a través de la orina, su función va más allá, pues se encarga de otras tareas importantes como el equilibrio químico de la sangre y la producción de hormonas.

Unos riñones sanos son esenciales para una vida saludable, y mantenerlos así es de vital importancia, un mal cuidado puede generar entre otros males, insuficiencia renal crónica.

La insuficiencia renal crónica, es una enfermedad que no tiene síntomas por lo que suele ser imperceptible, aunque hay síntomas que pueden alertarte de que algo no anda bien en tus riñones.

Te presentamos cinco de ellos:

1. Cambios en el color de orina.

Puede ser espumosa, con burbujas, pálida o con sangre. Otros síntomas es orinar menos o presentar dificultad para hacerlo.

2. Sabor metálico en la boca.

La acumulación de los desechos en la sangre cambia el sabor de los alimentos y ocasiona mal aliento.

3. Hinchazón en el cuerpo.

Unos riñones enfermos acumulan líquidos en el cuerpo, lo que ocasiona hinchazón de piernas, tobillos, pies, cara y manos.

4. Fatiga sin razón aparente.

La hormona eritropoyetina producida por los riñones se encarga de los glóbulos rojos que transportan oxígeno a la sangre; Si fallan, los músculos y la mente se cansan rápidamente.

5. Disminución del apetito.

Ocasionado por la constante sensación de náuseas provocadas por los desechos acumulados, lo que se traduce en una pérdida de peso.

En México existe una lista de espera de tres años para pacientes con insuficiencia renal, realizándose solamente tres mil 500 al año en hospitales públicos y 500 en particulares. Es importante que las personas que padecen diabetes, obesidad e hipertensión no esperen a presentar síntomas. Tienen que hacerse al menos una vez al año las pruebas de orina y sangre, además de tener ciertos hábitos saludables.

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